La Arquitectura: arte, ciencia y expresión humana

Es técnica y es estética. Es belleza y es construcción.  Es funcionalidad pero también es historia. La arquitectura nos rodea de forma cómoda y tangible.

Se trata de algo tan complejo y tan hermoso como planear, delinear, levantar y modificar el hábitat humano.

La arquitectura no podría ser más importante para todos nosotros: provee el entorno físico en el que existimos.

Pero eso no es todo. La arquitectura aporta una voz a la civilización humana, una voz que permanece a través de los años y los siglos.

De muchos modos es arte, pero no hay que ir al museo para verla, porque ella nos rodea a cada paso en cada ciudad que visitamos.

La arquitectura es la vía en que las sociedades se expresan y se reflejan creativamente.

Pero es también una manera de resolver problemas del conglomerado social, de responder a obligaciones prácticas como los sencillos espacios de vida.

Te invitamos a conocer mucho más de esta disciplina que combina razón/ emoción y que ha estado junto a nosotros desde tiempos inmemoriales.

Belleza, firmeza y utilidad

Concebir, diseñar y erigir edificios, casas y cualquier tipo de estructuras donde las personas pueden realizar cientos de actividades de forma cómoda y segura. Esto es la arquitectura.

Pero es además un acumulado de transformaciones implantadas en la superficie terrestre para satisfacer necesidades humanas.

Ya en el siglo I a. C., Vitruvio señalaba en su tratado De Architectura que esta disciplina se basa en tres principios básicos: Belleza (Venustas), Firmeza (Firmitas) y Utilidad (Utilitas).

Desde aquellos tiempos hasta el presente, la arquitectura ha sido contemplada como una de las siete Bellas Artes.

Y es que existen edificios y otras construcciones que pueden ser considerados como obras de arte debido a su forma o estructura.

Sin duda, aunque se trate de muros, columnas, forjados o techos, hay en todo el mundo espacios desarrollados “con sentido”.

Así ha sido desde siempre. Sólo recuerda las pirámides en el Antiguo Egipto.

Monumentos de adoración

Las pirámides egipcias son obras monumentales realizadas por mentes con amplios conocimientos de geometría y matemáticas, destinadas a enterrar a los cuerpos embalsamados de los faraones y sus tesoros. Es arte al servicio de creencias religiosas.

De igual forma el teatro en Grecia era de carácter religioso y se construía valiéndose ingeniosamente de la ladera de una montaña. Era la expresión de que cada fenómeno de la naturaleza es obra de los dioses.

Pero como toda su vida giraba alrededor de los dioses, los griegos construyeron infinidad de altares para consagrarles sacrificios y templos para adorarlos.

Imposible dejar de mencionar el Partenón de Atenas, dedicado a la diosa Palas Atenea, protectora de la ciudad.

En la Antigua Grecia se emplearon tres órdenes arquitectónicos bien definidos: dórico, jónico y corintio, diferenciados por la sencillez, la claridad y la armonía.

Mucho tiempo después, en la Edad Media, los arquitectos eran conocidos como maestros de obras y maestros constructores.

Sin embargo, en el Renacimiento ya se definió al arquitecto como la persona que traza el proyecto del edificio, lo que establecía una diferencia clara con la de maestro de obras, el encargado de la construcción.

Y así ha ido avanzando la arquitectura según los periodos históricos. En cada uno las técnicas y los estilos han sido diferentes.

Estilos y materiales

En Europa, a finales del siglo X hasta principios del siglo XIII, reinó el estilo romántico. Luego, entre  principios del siglo XIII y bien avanzado el siglo XV se estableció el gótico.

Más adelante, la luminiscencia, la sencillez y la valentía en las construcciones dieron paso a la arquitectura del Renacimiento.

Fue con la Revolución Industrial cuando la aparición del hierro definió el estilo arquitectónico de la época, evidenciándose en puentes, faros o estaciones de trenes, y, claro, en el símbolo más notable de la época, la Torre Eiffel, edificada totalmente en hierro.

En el siglo XX aparecieron los grandes rascacielos en respuesta a las necesidades de una población concentrada en grandes centros urbanos.

Hormigón, vidrio, láminas de acero y más se convirtieron hasta nuestros días en los materiales que definen la arquitectura.

Presente y futuro

Actualmente y de cara al futuro, la arquitectura tiene y tendrá un papel fundamental, innegable.

Sólo piensa que la población mundial crece apresuradamente, por lo que se estima que alcanzará los 10 mil millones en el año 2050.

Y ese crecimiento de la población implica un incremento de los proyectos urbanísticos.

Será un desafío gigantesco para el planeta y podría también ser una ocasión para planear mejor las cosas, para diseñar mejor las ciudades.

Por eso el papel de la arquitectura seguirá siendo de importancia capital en los años por venir.