Antoni Gaudí: Su pasión por la naturaleza y la arquitectura

Quizás las obras de Gaudí sean las mas comentadas en el mundo entero, debido a su particular forma de ver la arquitectura, saliendo de lo convencional y apostando por diseños apegados a la naturaleza, eso que tantas veces vemos y hasta en ocasiones ignoramos.

No obstante, él supo tener una visión mas humana y ligada a la tierra para así llevarlo al máximo en la representación de sus trabajos.

 Su infancia marcó un gran destino

 Antonio Gaudí era el nombre por el cual todos lo conocían, sin embargo, su nombre completo era Antoni Gaudí i Cornet, nacido el 25 de Junio de 1852 en Reus o Riudoms cuyo lugar aún no se ha podido especificar con precisión, pero se sabe que era de la provincia española de Tarragona.

Antoni era el menor de 5 hermanos, y allí en su tierra natal, apegado a la cultura mediterránea fué como poco a poco comenzó a gestarse dentro de él ese artista que logró obras memorables.

Llegó a ser miembro del Centro Excursionista de Cataluña, y ademas practicó equitación. Pero según se sabe, padecía de algunos problemas de salud severos por lo que pasaba mucho tiempo en el campo, allí podía pasar horas leyendo y observando la naturaleza.

Además el ambiente familiar lo llevó a interesarse en la construcción y arquitectura, de hecho, mas de cinco generaciones de sus ancestros fabricaron toneles para la destilación del alcohol de la uva, lo que hizo que su observación se fuera agudizando de niño al entender los objetos como formas tridimensionales y no sobre un plano geometricamente.

 Sus estudios

 A la edad de diecisiete años, Antoni Gaudí se mudó a Barcelona para estudiar arquitectura. Emerge de inmediato por su habilidad en el trabajo manual, aprendido desde la infancia, por la excelencia en el cálculo matemático y el agudo sentido de la observación.

En esos años, comenzó a madurar en él el carácter innovador de un artista de vanguardia. Debido a que estaba demasiado adelantado con los tiempos, había algunos entre los mismos maestros que desconfiaban de sus métodos poco ortodoxos.

Gracias a su carácter amable y confiable y sus cualidades como hábil conversador, Gaudí logra entrar en el entorno de la burguesía catalana, ganándose la confianza de los grandes industriales, que inmediatamente le encargan obras nuevas y creativas. Eusebi Güell es uno de los principales patrocinadores y clientes.

Para poder pagar sus estudios, trabajó como diseñador con el director de obras del Parque de la Ciutadella de Barcelona, Josep Fontseré; con el arquitecto Francisco de Paula de Villary Lozano; en la empresa Padròs y Borràs, un fabricante de máquinas.

Sus obras

Las obras de Gaudí son fragmentos de sueños perdidos bajo un orgulloso cielo catalán.

Entre ellos se encuentra el Parque Güell de Barcelona, que es un espléndido ejemplo del onirismo que impregna las obras del maestro catalán y su capacidad para insertar motivos simbólicos en sus obras, integrándolas perfectamente con el equilibrio y la armonía de las formas.

Con solo treinta y un años (1883) fue nombrado arquitecto principal para la construcción en Barcelona del Templo Expiatorio de la Sagrada Familia , una basílica monumental a la que el artista dedicó su vida. La obra ha quedado sin terminar (estará terminada en 2026), sin embargo es el monumento más visitado de España.

A partir de 1914, Gaudí se retiró de la vida pública para dedicarse por completo a esta obra sagrada, y decidió vivir en una pequeña habitación en el patio y llevar una vida monástica .

Huesos, troncos de árboles, arcos naturales, estalactitas, ramas, con todo esto no falta nada para decir que para darse cuenta de que la estructura de la obra de Gaudí está inspirada en elementos naturales. Según el arquitecto catalán, de hecho, cada arquitectura crea un organismo por derecho propio y, como tal, debe inspirarse en la naturaleza.

Por lo tanto, tanto turistas como aficionados, así como también estudiantes de arquitectura pueden disfrutar de la gran y enorme cantidad de obras espectaculares y singulares que ha hecho Gaudí.

Arquitectura Colonial en Argentina, toda la historia explicada de manera simple

Argentina, uno de los países mas grandes de Latinoamérica, con una gran historia muy rica en cultura, aunque en cualquier parte del mundo cuando se lo nombra, enseguida vienen a la mente personajes como Messi o Maradona.

Sí, el fútbol esta muy ligada a esta tierra, pero también Argentina pone a disposición de sus habitantes un abanico de ofertas, especialmente a aquellos amantes de la arquitectura que quieren conocer la estructura de sus grandes ciudades.

¿Quién iba a decir hace dos siglos atrás que las enormes pampas, llena de aborigenes, gauchos y soldados se iba a convertir en una de las metropolis mas grandes del mundo?

Vamos a ver ahora un poco sobre la arquitectura colonial, aquella que se establecio durante el tiempo en que los españoles vinierona a asentarse, especialmente a orillas del Río de la Plata, asi como también en el resto del país.

Los orígenes de la arquitectura colonial en Argentina

Construcciones a base de adobe, techos de teja, ribetes en los decorados y terminaciones, son solo algunas características de este estilo impuesto por los españoles durante su dominio en tierras argentinas.

Uno de los principales edificios coloniales construidos es la Basílica de Nuestra Señora del Pilar, ubicada en el barrio de Recoleta, que por supuesto, ha pasado por muchos cambios, pero fue ordenada su construcción en el año 1716.

Es curioso como los altares laterales tienen un estilo barroco germánico. Además, por mucho tiempo, la torre del frente fue el punto mas alto de la ciudad.

En la ciudad de Buenos Aires, los principales arquitectos que se han destacado son Antonio Masella, Andrea Blanqui y Juan Bautista Prímoli, quienes son los responsables de la construcción de las iglesias de San Ignacio, la basílica de Nuestra Señora del Pilar, la Catedral y el Cabildo, justamente este último una visita obligada para cualquier turista que allí llega.

Arquitectura similar en otras regiones

Todas estas construcciones creadas en Buenos Aires, tienen una cierta similitud con otras obras del resto de las provincias, debido a que en la capital argentina, el estilo es mayormente barroco rioplatense mientras que en el interior del país el estilo era mas barroco jesuiticomisionero, observable en muchas capillas pertenecientes a los jesuitas que hacían allí sus labores, tales como las que encontramos en la provincia de Misiones, conocidas como Las Ruinas de San Ignacio, hoy un atractivo turístico, o la de Loreto, en Santiago del Estero.

Precisamente en las zonas del interior argentino, las obras arquitectónicas que mas se destacaron fueron las iglesias, debido a que se trataba de zonas pobres, y los edificios mas importantes pertenecían a ellos.

Por otro lado, también encontramos los diferentes cabildos, con un delicado diseño colonial, tales como el Cabildo de Salta, Cabildo de Córdoba, entre otros.

En la ciudad de Buenos Aires, además del cabildo pueden encontrarse algunas mansiones de las familias adineradas, cerca de las plazas principales donde se caracterizaban por ser construcción de un piso, y destacando por sus típico aljibe.

Debemos tener en cuenta que en aquel momento la mayoría de las viviendas, eran ranchos de paja y adobe, con algún pequeño jaguel o aljibe, y las mansiones anteriormente mencionadas eran vislumbrantes.

Cuando Argentina dejó de ser colonia y comenzó a organizarse como un país libre, sus obras empezaron a tener una visión mas europea, alejando un poco lo español, y basándose en obras italianas o francesas.

Es así como poco a poco aquellas obras arquitectónicas coloniales empezaron a mezclarse con el estilo italiano, y esto empezó a verse a lo largo y ancho del país.

La Arquitectura: arte, ciencia y expresión humana

Es técnica y es estética. Es belleza y es construcción.  Es funcionalidad pero también es historia. La arquitectura nos rodea de forma cómoda y tangible.

Se trata de algo tan complejo y tan hermoso como planear, delinear, levantar y modificar el hábitat humano.

La arquitectura no podría ser más importante para todos nosotros: provee el entorno físico en el que existimos.

Pero eso no es todo. La arquitectura aporta una voz a la civilización humana, una voz que permanece a través de los años y los siglos.

De muchos modos es arte, pero no hay que ir al museo para verla, porque ella nos rodea a cada paso en cada ciudad que visitamos.

La arquitectura es la vía en que las sociedades se expresan y se reflejan creativamente.

Pero es también una manera de resolver problemas del conglomerado social, de responder a obligaciones prácticas como los sencillos espacios de vida.

Te invitamos a conocer mucho más de esta disciplina que combina razón/ emoción y que ha estado junto a nosotros desde tiempos inmemoriales.

Belleza, firmeza y utilidad

Concebir, diseñar y erigir edificios, casas y cualquier tipo de estructuras donde las personas pueden realizar cientos de actividades de forma cómoda y segura. Esto es la arquitectura.

Pero es además un acumulado de transformaciones implantadas en la superficie terrestre para satisfacer necesidades humanas.

Ya en el siglo I a. C., Vitruvio señalaba en su tratado De Architectura que esta disciplina se basa en tres principios básicos: Belleza (Venustas), Firmeza (Firmitas) y Utilidad (Utilitas).

Desde aquellos tiempos hasta el presente, la arquitectura ha sido contemplada como una de las siete Bellas Artes.

Y es que existen edificios y otras construcciones que pueden ser considerados como obras de arte debido a su forma o estructura.

Sin duda, aunque se trate de muros, columnas, forjados o techos, hay en todo el mundo espacios desarrollados “con sentido”.

Así ha sido desde siempre. Sólo recuerda las pirámides en el Antiguo Egipto.

Monumentos de adoración

Las pirámides egipcias son obras monumentales realizadas por mentes con amplios conocimientos de geometría y matemáticas, destinadas a enterrar a los cuerpos embalsamados de los faraones y sus tesoros. Es arte al servicio de creencias religiosas.

De igual forma el teatro en Grecia era de carácter religioso y se construía valiéndose ingeniosamente de la ladera de una montaña. Era la expresión de que cada fenómeno de la naturaleza es obra de los dioses.

Pero como toda su vida giraba alrededor de los dioses, los griegos construyeron infinidad de altares para consagrarles sacrificios y templos para adorarlos.

Imposible dejar de mencionar el Partenón de Atenas, dedicado a la diosa Palas Atenea, protectora de la ciudad.

En la Antigua Grecia se emplearon tres órdenes arquitectónicos bien definidos: dórico, jónico y corintio, diferenciados por la sencillez, la claridad y la armonía.

Mucho tiempo después, en la Edad Media, los arquitectos eran conocidos como maestros de obras y maestros constructores.

Sin embargo, en el Renacimiento ya se definió al arquitecto como la persona que traza el proyecto del edificio, lo que establecía una diferencia clara con la de maestro de obras, el encargado de la construcción.

Y así ha ido avanzando la arquitectura según los periodos históricos. En cada uno las técnicas y los estilos han sido diferentes.

Estilos y materiales

En Europa, a finales del siglo X hasta principios del siglo XIII, reinó el estilo romántico. Luego, entre  principios del siglo XIII y bien avanzado el siglo XV se estableció el gótico.

Más adelante, la luminiscencia, la sencillez y la valentía en las construcciones dieron paso a la arquitectura del Renacimiento.

Fue con la Revolución Industrial cuando la aparición del hierro definió el estilo arquitectónico de la época, evidenciándose en puentes, faros o estaciones de trenes, y, claro, en el símbolo más notable de la época, la Torre Eiffel, edificada totalmente en hierro.

En el siglo XX aparecieron los grandes rascacielos en respuesta a las necesidades de una población concentrada en grandes centros urbanos.

Hormigón, vidrio, láminas de acero y más se convirtieron hasta nuestros días en los materiales que definen la arquitectura.

Presente y futuro

Actualmente y de cara al futuro, la arquitectura tiene y tendrá un papel fundamental, innegable.

Sólo piensa que la población mundial crece apresuradamente, por lo que se estima que alcanzará los 10 mil millones en el año 2050.

Y ese crecimiento de la población implica un incremento de los proyectos urbanísticos.

Será un desafío gigantesco para el planeta y podría también ser una ocasión para planear mejor las cosas, para diseñar mejor las ciudades.

Por eso el papel de la arquitectura seguirá siendo de importancia capital en los años por venir.